domingo, 24 de julio de 2011

Detrás del arquetipo... seres humanos complejos

EL ÚLTIMO SÁBADO DE JUNIO, de Jonathan Tolins
Detrás del arquetipo, presenta a seres humanos complejos.
Texto y fotos: Salvador Perches Galván. 
http://www.revistaerre.com/teatro2.htm
 
El teatro gay, como género, no existe, como no existe el teatro heterosexual.
Cómo hablar de teatro gay, sin saber ¿qué es gay?. Según el Webster¨s Word Histories, la palabra gay procede de un filme de Gener Autry, el cowboy cantante, llamado The Gay Cowboy, aunque el término proviene del francés gai, que pretendía aludir al alegre y animada, ya en el siglo XVIII se entendía como libidinoso.
Hasta hace algunos años el teatro que se hacia en México no se clasificaba por preferencias sexuales, actualmente decir teatro gay es como decir teatro callejero o teatro infantil, que, en este caso es un teatro en que la temática va dirigida a los niños, ¿el teatro gay, va dirigido a homosexuales y lesbianas?, para que el teatro gay sea verdadero y respetado ¿debe representar sus necesidades y verdades?.
En Un esbozo del teatro gay mexicano, su autor, Alejandro Díaz Cabriales afirma:
“Una de las trincheras más efectivas en donde se ha gestado la lucha por la defensa de los derechos de la comunidad homosexual en México corresponde al terreno de las artes. El teatro,  ha acercado a la sociedad las formas de vida, problemáticas y quehaceres cotidianos de las diferentes formas de vivir la homosexualidad.
Haciendo un poco de historia de la homosexualidad y su relación con el arte, para los creadores, pintores y poetas, del siglo XVII al XX, la homosexualidad fue una manera privilegiada de representación donde "se celebra el amor de los cuerpos" (Abelleyra; 1995). Esta noción se continúa abanderando el día de hoy, sobre todo en el mundo de las letras y las artes.
Sin embargo, ni aún los grandes poetas o escritores se han salvado del fantasma de la homofobia, discreta en unas ocasiones, pero en otras era el hilo conductor de sus obras. Es el caso de Oscar Wilde, quien fue condenado a trabajar de manera forzada por dos años a causa de su homosexualidad.
En México, el poeta Salvado Novo se ganó el apodo de "Nalgador Sobo" y fue objeto de escarnios por parte de José Clemente Orozco, Diego Rivera y Tristan Marof, quien se refería al grupo de "Los Contemporáneos" (al que Novo pertenecía) como los "señores literatos jotos".
Más aún, nadie puede negar que La importancia de llamarse Ernesto, de Oscar Wilde, representa una de las piezas más significativas de la literatura gay y de la literatura universal. La dramaturgia es un instrumento que desde los griegos se ha usado para representar realidades, para dar a conocer y reconstruir las visiones del mundo y representarlas en un escenario, en ocasiones se obedece al principio de que nadie reconoce su propia realidad hasta que la ve sobre un escenario.
El espacio detrás del telón es el que da validez y legitimidad a las historias, gracias a que está clasificado bajo la categoría de "arte" y, por lo tanto, es aceptado sin mayor recelo.
Sólo basta pensar si el caso de un travestí (que por cierto tiene su origen en el teatro Isabelino, en donde la falta de actrices obligaba a hombres a representar papeles femeninos) con la misma historia y los mismos problemas se ve de la misma manera en televisión que en teatro. Por supuesto que no. Y es que uno es arte y el otro es entretenimiento. He aquí donde entra otro punto vertebral en el teatro gay; la estereotipia.
En la mayoría de los casos, el autor está tan inmerso en el mundo de lo "aparente" que cuando construye un personaje para teatro, aún cuando conozca su verdadero origen, características y cualidades, forzosamente recurrirá a un estereotipo para hacerlo reconocible para el público”.
Por su parte Sergio Raúl López, en "La autocensura gay fomenta la marginación y la discriminación" (El Financiero S.A. de C.V. Lunes, 23 de enero de 2006), en entrevista con Alberto
Legorreta, abordan el tema de la siguiente manera: 
“Maniatada por estereotipos como el travestismo, la pornografía, el sida o las banderitas de arco iris, la compleja identidad de la comunidad gay se mantiene oculta. Para mostrarla a la sociedad mexicana, y provocar su integración. Sin elementos como hombres con ligueros y tangas, senos postizos, pelucas, ni colorete, mucha gente se cuestiona: ¿cuál es el elemento gay de las puestas teatrales?
No es el sexo, estereotipos o clichés, es una temática gay y si se mira un desnudo o una relación sexual, es porque es necesaria en términos dramáticos o narrativos, sin sensacionalismo, en una sociedad que busca el amarillismo o el escándalo en torno a lo gay.
Es por ello que viene la reflexión: ¿qué es en este momento lo gay en México?"
Cuando se anuncia teatro gay vemos fotografías de referencias sexuales, pequeños foros que se relegan a sí mismos. Lo que no han entendido es que se trata de un movimiento cultural mayor, que existe y está ahí para que la gente lo vea y lo juzgue. Se trata de abrir horizontes.
-¿Por qué el teatro gay está oculto y refundido en pequeños foros para espectáculos nudistas y XXX, y como género no está bien identificado a nivel oficial?
-Es un fenómeno interesante y supongo que se da en todo el mundo: hay mucho trabajo con temática gay en el INBA, la UNAM, el Cenart, en distintos foros, pero sin identificarse como tal. Y los que así se identifican carecen, no quiero decir de calidad, pero sí del discurso sobre la actualidad mexicana, precisamente pensando en todos esos pequeños logros de tener presencia con temáticas, personajes y figuras como directores, escenógrafos o actores.
Más allá de banderas de arco iris o el travestismo, es el ser normal: si quieres salir con un saco pero quieres ser gay, lo eres porque así decidiste serlo; lo que ocurre es que muchos piensan que hay determinadas maneras para serlo, de acuerdo a los estereotipos. Y yo creo que no, mejor hay que proponer.
Ya lo dijo en alguna ocasión el dramaturgo José Ramón Enríquez: en este momento de la historia, los gay deben proponer cada día nuevas formas en su manera de vivir, en sus relaciones, amistades o trabajo; deben ser propositivos sin importar que los demás se sientan identificados”.
Hay tres posturas declaradas alrededor del teatro gay: una afirma que existe un teatro gay, y que es aquel hecho por gays y trata asuntos homosexuales. La segunda defiende la existencia de un teatro gay, que trata temas gays pero que puede estar hecho por heterosexuales, como Jesús González Dávila (que escribió obras importantes como Amsterdam Boulevard y Pastel de zarzamora), y que tocan el tema desde la perspectiva de la condición humana, y la tercera niega la existencia de un teatro gay, a pesar de estar hecho por personas homosexuales, porque no creen que haya que sexualizar el arte. Lo importante de este teatro es que trate la homosexualidad para hacer pensar y concienciar al público sobre este asunto".
En la dramaturgia mexicana destacan, entre otras, estas obras de temática gay: Y sin embargo se mueven, de José Antonio Alcaraz; Camaleones, de Óscar Liera; Pastel de zarzamora, de Jesús González Dávila; El Edén, de Juan Jacobo Hernández; Los gallos salvajes, de Hugo Argüelles.
Los chicos de la banda, La escalera, El beso de la mujer araña, La jaula de las locas, Mi noche con Diego, La fiesta, Sexplicito, Giro Negro o Efebos, estas dos últimas iban mas allá de la mera anécdota gay, introduciéndose al oscuro mundo de la prostitución masculina, son algunas de las puestas en escena que han tenido buenas respuesta de público y critica y que giran en torno a la temática gay
Sí las historias giran en torno a gays que salen del estereotipo, y ofrecen una visión sobre una persona gay y sus conflictos. Pero…¿qué tipo de visión? Ése es el problema, que han tratado de adjudicar el término de "teatro gay" a obras cuyo mayor atractivo son los desnudos masculinos. En cuanto a la trama, la dirección, etcétera, ofrecen poca calidad, esto, afortunadamente ha cambiado y en fechas reciente existe la oportunidad de ver teatro de primera en nuestro país, desde el teatro institucional al comercial, como lo ejemplifican obras como Cock, Gotas de agua sobre piedras calientes y ahora en cartelera El último sábado de junio.

El Día Internacional del Orgullo LGBT (lesbica, gay, bisexual y transexual), también conocido como Día del Orgullo Gay (en inglés, gay pride), es una serie de eventos que cada año los colectivos LGTB celebran de forma pública para instar por la tolerancia y la igualdad de los gais, lesbianas, bisexuales y transexuales. Tal fiesta tiene lugar el 28 de junio, habiendo celebraciones en prácticamente todo el mundo en torno a ese día, siendo común desplazarlas al sábado posterior al 28, el último sábado de junio, fecha en que se conmemoran los disturbios de Stonewall (Nueva York, Estados Unidos) de 1969, que marcan el inicio del movimiento de liberación homosexual. Para Miguel, el último sábado de junio es como cualquier día. Para Tomás, es un gran día. Bajo su ventana, en su domicilio en pleno Paseo de la Reforma, la marcha gay desfila por la calle. La felíz pareja prepara su mudanza a los suburbios de la ciudad y algunos amigos llegan inesperadamente a su departamento para disfrutar desde la inmejorable vista el desfile. La triada, compuesta por Juan, Carlos y Beto, llega a completar un grupo diverso en edades, visiones y demografías de la Ciudad de México. Mordaces y divertidos, provocan una serie de eventos que cuestionan las bases de su propia identidad. La obra da un giro inesperado con la sucesiva aparición de los últimos tres personajes, Jaime, Quique y particularmente Susana; quienes nos recuerdan que “sus dolores” tocan las fibras sensibles de la sociedad.
La riqueza y el valor de El último sábado de Junio, original de Jonathan Tolins, radica en que detrás del arquetipo, presenta a seres humanos complejos con quienes todos, podemos identificarnos, confronta a replantear las bases en las que fincamos nuestra identidad, a tomar conciencia de las categorías ilusorias con las que justificamos nuestro comportamiento y de las que insistimos tanto en ser parte.
Jonathan Tolins es dramaturgo y guionista. En el 2010, su obra Secrets Of The Trade tuvo una temporada exitosa y fue aclamada por la crítica en off-Broadway. Otras de sus obras son The Last Sunday In June (en off-Broadway, dirigida por Trip Cullman, en México adaptada y dirigida por Cristóbal García-Naranjo), The Twilight of the Golds, estrenada en Broadway  y If Memory Serves. Por su obra teatral Jonathan ha recibido diversos reconocimientos. Al lado de su coguionista, Seth E. Bass, Jon escribió y coprodujo una versión fílmica de El ocaso de los Gold para Showtime y fue mostrada en Sundance y en el festival de cine de Chicago y también estuvo en salas cinematográficas. Su película Nadie te quiere más que yo, protagonizada por John Cusack, se estrenó en el  2007 con New Line. Para la televisión, Tolins trabajó como escritor en Night Rap para HBO, Queer As Folk en Showtime (en la primera temporada, también coprodujo).
El último sábado de junio es el primer montaje en México y América Latina de una obra del dramaturgo estadounidense Jonathan Tolins. The Last Sunday In June es traducida por primera vez al castellano y adaptada al contexto mexicano por Cristóbal García-Naranjo, quien afirma: “Es imprescindible en nuestro país explorar y tratar de manera cabal y directa los temas de diversidad sexual. Desde nuestra trinchera teatral nos interesa provocar la acción en pro del avance en materia de derechos humanos, del reconocimiento y del respeto que nos corresponde a todas las personas que vivimos en nuestro país. Ésta es nuestra manera de participar social y artísticamente en el marco de la lucha de los movimientos sociales de grupos y minorías oprimidos por su preferencia sexual o sexo, por vivir con VIH o SIDA, por tener un estilo de vida alternativo... Este marco en la actualidad ha generado gran polémica y múltiples debates a raíz de la aprobación de la ley que avala matrimonios entre personas del mismo sexo y adopción en la Ciudad de México. La importancia de este proyecto radica en la invitación a la creación  de nuevos paradigmas, a la generación de un diálogo abierto y de nuevos acuerdos que inviten a ir un paso más allá de la tolerancia, y sobre todo, a la convivencia desde un nuevo piso”.
El último sábado de junio habla de relaciones, de amor, de enajenamiento, de identidad y pertenencia, de diversidad sexual, de matrimonio, de transgresión al orden moral para aspirar a la capacidad de franquear la controvertida discusión de géneros y preferencias.
Aunque en principio la obra incurren en todos los lugares comunes del “teatro gay”, da un giro inesperado con la aparición de los últimos tres personajes; quienes nos recuerdan que sus problemas inciden a la sociedad en general.
Con adaptación, dirección y producción de Cristóbal García-Naranjo, los personajes de Tolins cobran vida en el desempeño irregular de los actores: Emmanuel Morales es Miguel; Francisco Rubio es Tomás; Alberto Garmassi, muy simpático en su papel de chicuelo recién desclosetado, es Juan; Héctor Berzunza, excelente en su papel de la loca portadora de VIH, con una serie de matices que el esplendido actor evita que su complejo personaje caiga en el chiché o en el estereotipo del cine mexicano ochentero, es Beto; Juan de la Loza es Carlos; Francisco Cardoso es Jaime; Eduardo Quintana es Quique; Ma. Del Carmen Félix, moderada, de buena presencia y mayor credibilidad es Susana, personaje que libra a la obra de caer en el lugar común, siendo ella la que se encarga de darle el giro inesperado a la trama.
La obra busca llegar a la máxima intimidad con el espectador y provocar en él conciencia y responsabilidad, intenta sensibilizarlo, al ser un reflejo de nuestro contexto contemporáneo que grita por un cambio. Habla de los problemas inherentes a la identidad, de las complicaciones que vienen con la acumulación de edad. La temática y las situaciones de la obra invitan a replantear los conceptos de amor, de pareja, de matrimonio, la vigencia de los significados y las implicaciones esenciales de ser o considerarse, sea cual sea la identidad, hoy en día.
 “El mundo gay es brutal, siempre hay alguien que te pisa los talones”, dice uno de los personajes de El último sábado de junio, cuyo tema principal, más que la homosexualidad, es la necesidad de reconocer a las personas como seres humanos, y no como seres etiquetados.
Aunque parece que está  pensada para un grupo específico, en realidad el montaje está dirigido a adolescentes y adultos, puede, incluso ser una obra familiar, ya que no incluye palabras soeces, desnudos injustificados no situaciones escabrosas, y es que, en lo universal de las cosas que les pasan a los personajes está su riqueza, asegura Cristóbal García Naranjo, quien comenzó desde hace dos años la adaptación de la obra, y luego de una búsqueda constante, el actor, director y escenógrafo egresado de Casa del Teatro, consiguió el apoyo de distintas instancias, entre ellas el del Sistema de Teatros de la Ciudad de México, a través de la Secretaría de Cultura, con lo que la obra pudo levantar telón en el Teatro Sergio Magaña.
De acuerdo con García Naranjo es hora de poner un alto a la inercia colectiva por la que nos solemos dejar llevar, de frenar toda esa información “sexualizada y pornografizada” proveniente de los medios de comunicación, la publicidad, la educación, los amigos o el trabajo. “El mensaje de esta obra es que reconozcamos honestamente cuáles son nuestras necesidades, quienes somos realmente, si estamos felices con lo que hacemos y con nuestra vida, y si no, hacer algo para cambiarlo” 
 
El teatro es de todos ¡Asista! 
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